Nutrirse

Como ya sabéis este fin de semana he estado fuera de casa en un curso muy interesante. Estuvimos tratando el tema del que quería hablaros hoy desde un punto de vista vegano. Sin embargo es un problema que atañe a tod@s, independientemente de nuestra idiosincrasia.

Nuestra vida ya no tiene nada que ver con la de nuestros abuelos. Todo parece más sencillo y cómodo, aunque realmente es mucho más complicado que antes. Somos engranajes de un mundo que basa todo en el consumo, manipulados consciente o inconscientemente por personas con nombres y apellidos, que viven con plenitud en la mayoría de los casos. La nutrición, ha dejado de ser nutrición, es un "placer" y en ocasiones olvidamos que el objetivo primordial de la función de alimentarse es nutrir a nuestro cuerpo.

Todos los días lidiamos con la industrialización de los alimentos básicos como pan, sal, azúcar, y un largo etcétera. Recuerdo hace años, que tener comida precocinada en casa era de gente con dinero, en casa como mucho se hacía una pizza casera o una hamburguesa de buena carne. Ahora las neveras están repletas de salsas y condimentos, alimentos pseudo-sanos envasados, lácteos de todo tipo, embutidos, refrescos y con suerte alguna lechuga sin trocear y lavar. Por no hablar del congelador o la despensa.

Hemos perdido la esencia, la simplicidad de lo básico. No pensamos en lo que comemos ni escuchamos a nuestro cuerpo cómo nos dice, en muchos casos, que lo que estamos ingiriendo no nos sienta bien.

Deberíamos formar una relación sana con la comida, con su verdadera función, nutrir. Derribar creencias y construir una más sana y sostenible a través del proceso natural de la la alimentación.

La mejor manera es conocer lo que comemos, sin obsesionarnos y poco a poco. Informarnos sobre la producción de los alimentos que comemos y damos a nuestros hijos. Su procedencia, maduración artificial o natural, si en el camino han sido expuestos a pesticidas, encerados para que queden bonitos...muchas preguntas se agolpan en la mente cuando veo esta realidad.

Sin duda es mucho más fácil mirar hacia otro lado, pero cuando llega la enfermedad a casa, a tu propia casa, ya no es tan fácil. Te planteas que si se hubiera nutrido de otro modo, quizás seguirías compartiendo mesa con tu madre, padre, hermana, tío, amigo...

Pensar que cuando hablo de nutrirse no solo me refiero al alimento para el estómago, también a la parte emocional que en ocasiones está mucho más abandonada que la lista de la compra.

Desde aquí os animo a reconsiderar vuestra nutrición.

Feliz semana

Anne ♥